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PATO Capítulo 1

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  Capítulo 1: El hallazgo del cuerpo La luz tenue de la mañana apenas lograba atravesar las cortinas gruesas del apartamento de Patricia Sáenz. El ambiente estaba cargado, como si el aire hubiera dejado de moverse desde la noche anterior. Y allí, en medio de esa opulencia silenciosa, yacía el cuerpo de Patricia. O, como yo la conocía, Pato. No había nada fuera de lugar, salvo el cuerpo sin vida. Todo estaba impecable, casi como si hubiera sido cuidadosamente preparado para la escena. La primera impresión sugería un suicidio: la botella de pastillas vacía sobre la mesa de noche, la copa de vino medio vacía junto a ella, los labios apenas manchados de ese rojo oscuro que siempre usaba para los eventos importantes. Pero algo no cuadraba, algo en esa imagen perfecta era demasiado pulcro, demasiado frío. Yo, Hernán Silba, fui el primero en llegar. El portero del edificio me reconoció de inmediato y, sin hacer preguntas, me dejó pasar. Nadie sabía que llevaba meses siendo el amante secreto d

Sabes...

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Tenía que decírtelo, era todo mentira. No era verdad que el tiempo que se marcha no regresa, si en verdad tienes ganas de él y dejas tu puerta abierta. El tiempo, ese viejo truco, no es más que un eco que vuelve si sabes cómo llamarlo. Era todo mentira, no somos jóvenes solo una vez. Si ignoramos el tiempo, el alma se queda viva y joven eternamente. Nos enseñaron a contar los años, pero jamás nos hablaron de cómo detener la esencia, de cómo, a pesar de los días y las noches, el espíritu puede seguir latiendo con la fuerza de quien nunca ha dejado de soñar. Era todo mentira, que mi destino sea perseguir lo que siempre escapa, cuando tu corazón aún está aquí y es tu mente la que se esconde o se marcha. He corrido en círculos creyendo que era yo quien no alcanzaba, pero quizás eres tú quien ha levantado un muro, quien ha dejado que el miedo te cubra los ojos. No es cierto que se pueda ser feliz junto a alguien que lo conoce todo de ti, menos quién eres. No es cierto que podamos amar plena