Carta desde mi psicotropico mundo interno
Qué más quisiera que ser libre como un ave. Qué más quisiera que poder volar sin preocupaciones, sin presión alguna, queriendo a quien me quiere, ignorando a quien me ignora. Qué más quisiera que borrar el pasado y perder mis marcas que a diario me torturan como un látigo de espigas. Qué más quisiera que un amor sincero, que lastime pero no engañe, que mienta pero piadosamente, que exista para mí y para quienes la rodean, que me entienda y que no me corte las alas. Que disfrute viéndome volar libre, que disfrute mi armonía, que valore lo invalorable, que viva lo invivible, que sienta el amor verdadero, que sienta la necesidad de amar a tiempo y no cuando es tarde. Cuando el fogón más erguido se convierta en ceniza, y se reduzca a nada. Allí, justo en ese momento, es cuando ya no hay vuelta atrás, cuando uno llega a morir, cuando uno se cansa de sufrir, de llorar, de implorar un poco de amor, de rogar un beso, de...