Lamento mucho haber partido del infierno sin despedirme de ti, Me dolía el hecho de pensar que ya no volvería a verte, me dolía el hecho de pensarte y verte ahí, quieta sin saber que decir, envuelta en un mar de lagrimas furtivas, que se fugan del alma para escapar del dolor, para huir de un esguince de corazón tácito y que no quiere escapar. Me duele todo lo referido a ti, porque has sido una especie de daño colateral en mi vida al que nunca me atrevería a dañar, pero mis pies se van sin mi si no me apuro, porque saben que la tierra firme que creo estar pisando, no es mas que lava ardiente de momento, que aunque me hunda y resurja, tu no tendrás la fuerza del phoenix para seguir mis pasos. Yo ya he elegido mi destino y de pequeño decidí que de mayor quería ser eterno, por eso no es mi intención que acoples tus alas a mi vuelo, porque hacia el cielo que surco, no hay coches, ni casas, ni dinero. Solo yo, mis palabras, y el amor incondicional que siento, por el mundo que me rodea...