No me dejes morir, no te mueras conmigo.

No te acerques a mi tumba moribundo,
porque ya no estoy allí, solo descansan mis huesos.
Soy como mil vientos soplando
que surcan la tierra y los mares.
Soy como el sol dorado brillando en los campos de trigo.
Y soy la lluvia gentil
esperando a que despiertes en tus tranquilas mañanas.
Soy la bandada de pájaros que trinan
y también las estrellas que titilan
mientras cae la noche en tu ventana.
Por eso no te acerques a mi tumba moribundo y sollozando,
manteniendo viva mi muerte
y dejando morir mi vida.





“A mi Madre María de Carmen: por haber parido
y criado a cinco monstruos con un amor incondicional.
Por haber amado a mi Padre con locura,
Y por su forma extravagante de amar a sus cuatro nietos."

Espero que el viaje haya sido leve...



Fragmento del nuevo Libro:
"Delirios de servilleta y 
               Bares que no recuerdo"










Comentarios

Entradas populares de este blog

Palomas en Madrid

Ni vos sos un milagro, ni yo una causa perdida. Pero acá estamos. (Parte II)

LA GRAN VENGANZA