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Siete Infiernos y una Piedra

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 La noche era una marea de sombras espesas. El viento arrastraba ceniza como si el cielo hubiera ardido hace siglos. Caminaba solo, con una piedra en la espalda y un nombre que nadie pronunciaba. El silencio pesaba más que la roca, y sin embargo, había una música de fondo: un latido profundo, casi humano, que marcaba el paso de mi condena. El camino era una espiral de siete círculos, cada uno con su propio olor. El primero olía a orgullo, el segundo a hambre, el tercero a rabia seca. En el cuarto el aire sabía a deseo que se pudre, en el quinto a traición, en el sexto a desesperanza, en el séptimo a fuego que no quema pero devora. Dante los escribió en un libro; yo los sentía en la piel. Cada vez que la piedra caía, el eco se rompía como un trueno en una caverna. Caía yo también, y la montaña se reía. Las laderas parecían multiplicarse, como si el destino jugara a estirar el tiempo. Pero había algo en el peso que me mantenía vivo. El castigo era mi respiración. La derrota, mi único...

Ventanas: El deseo es un cuchillo apoyado contra el vidrio. parte 1

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Ismael Carrasco se masturba cada noche frente a la ventana. Un animal joven, veinte años y un corazón que late como tambor en el pecho. La luz apagada, las cortinas apenas abiertas. Se cree invisible, pero no lo es. Clara lo sabe. Clara lo goza. Desde enfrente, a los veintiséis, no corre la persiana: se desnuda como quien ofrece un crimen en cuotas. Cada prenda que cae es un disparo mudo contra su inocencia. Él aprieta la mano, jadea, se ahoga en el silencio del cuarto. Y justo cuando la vergüenza lo parte en dos, ella sonríe. Una sonrisa que no redime, que incendia. Clara: puta de lujo, actriz de madrugada. Los autos la esperan abajo, hombres trajeados que la huelen como si fuese un licor caro. Vuelve de madrugada con los ojos rojos y el pelo torcido, pero la convicción intacta: volverá a Los Ángeles, aunque deba tragarse todas las noches del mundo. Promete ahorrar, promete quemarse. Lo dice con la voz seca de quien ya ha visto la derrota y aún así insiste en el regreso. Ismael escrib...

EL PUNTO CIEGO DEL CORAZON Lanzamiento 9 de septiembre 2025

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 Hay fotos que no son fotos, son refugios. Dos rostros pegados, inclinados hacia la claridad, donde la luz se filtra entre las hojas y convierte lo cotidiano en un pacto secreto. Aquí la compañía no necesita palabras: se dibuja en la risa amplia, en el gesto tranquilo, en la piel que se deja habitar por otra piel. El mundo afuera sigue su ruido, pero en este encuadre se detiene, como si la naturaleza supiera que a veces dos personas bastan para sostener el universo. La compañía emocional no se mide en grandes gestos: es un hombro que siempre está ahí, una mirada que reconoce incluso lo que duele, una sonrisa que se enciende en mitad del cansancio. Lo que se observa en la imagen es más que un instante: es la prueba de que aún en medio del caos, cuando la vida se vuelve áspera, existe un lugar mínimo y sagrado donde dos seres pueden descansar en la certeza del otro. ✨ Aprovecho para contarles una gran noticia: ¡Mañana sale a la venta en Amazon  EL PUNTO CIEGO DEL CORAZÓN ! 🎉 Un...

Ni vos sos un milagro, ni yo una causa perdida. Pero acá estamos. (Parte II)

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No sos perfecta, ni yo, ni este poema. pero hay noches en las que te miro mientras buscás las llaves, o abrís una cerveza, y todo el mundo se vuelve tolerable. me salvaste sin darte cuenta. con tus gritos, tus risas, tus maneras de mandarme a la mierda cuando me pongo insoportable. me enseñaste que el amor no es decirlo bonito, sino quedarse cuando el otro se pudre un poco y huele raro por dentro. hay días en los que no me banco ni a mí, pero vos me bancás. y eso, en este mundo lleno de gente que huye, es un superpoder. me gusta cómo caminás, como si el suelo no te mereciera. me gusta cómo me mirás cuando sabés que la cagué y aun así me cocinás algo rico porque sabés que no todo se arregla hablando. Tania, este amor nuestro tiene cicatrices, tiene cuentas sin pagar y discusiones tontas. pero también tiene un colchón viejo donde dormimos abrazados como dos idiotas felices que, contra todo pronóstico, se siguen eligiendo. y eso, joder, eso es poesía.

Ni vos sos un milagro, ni yo una causa perdida. Pero acá estamos. (parte 1)

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No sé cómo empezar esto sin traicionarme. Tania es la única persona que ha visto mis vísceras de cerca y no salió corriendo. La única que ha olido mi derrota, la ha probado, la ha escupido y aún así se quedó a la mesa. No es una santa, ni una mártir, ni una flor. Es una tormenta que aprendí a amar después de odiarla con todas mis fuerzas. Sí, alguna vez la odié. Como uno odia lo que le muestra el espejo cuando no está listo para mirarse. Pero después entendí. Y hoy la amo. Con locura y sin locura. Con toda la torpeza de un hombre que alguna vez creyó que el amor era una trampa para idiotas, y ahora escribe esto. Tania no es perfecta. Pero es exactamente lo que cualquiera que necesita compañía de verdad, de esa que no se compra ni se vende, debería tener. No me acompaña, me sostiene. No me entiende, me soporta. No me cura, pero me hace más llevadero el dolor. Y con eso, joder, alcanza. Esto es para ella. Porque los poemas también se escriben con cicatrices. #amor #poemas #letras #lit...

Palomas en Madrid

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Aquella noche en Madrid no estalló por fuegos artificiales ni por sirenas. Estalló en silencio. Como estallan las cosas que se rompen por dentro, sin hacer ruido. Caminábamos sin rumbo, como si la ciudad nos perteneciera por unas horas. El aire tenía ese filo que corta la piel sin permiso, y sin embargo ahí estaba yo, devorando tus besos al pie de un cajero automático, como quien se aferra al único calor disponible en mitad del invierno. Éramos una suma imposible de contradicciones. Lo innato y lo frívolo. Lo eterno y lo fugaz. Tus pecados y mis manos, buscando redención en cuerpos que ya no sabían cómo sostenerse. A veces pienso que solo fuimos eso: una serie de heridas encontrándose, una danza breve entre tu karma y mis labios. Tú eras la esquirla y yo el intento torpe de no cortarme. El olvido era un cáncer creciendo en medio de nosotros, y aun así seguíamos inventando excusas para no soltar. Las palomas volaron aquella noche. No sé si alguien más las vio. Tal vez fue solo una image...

Promo 2 - SANGRE Y SILENCIO -

Imaginad esto :  una mujer aparece muerta en su lujoso apartamento. A simple vista, todo parece un suicidio. Pero su último mensaje de texto dice:  “Herni, no confíes en nadie” . Y entonces, empieza el verdadero infierno. Mi novela es un  thriller político y psicológico  donde el poder no se grita: se susurra. Donde los enemigos no tienen rostro, y los aliados pueden ser más peligrosos que los villanos. El protagonista, Hernán, que era su amante secreto desde la infancia, se ve arrastrado a una red de mentiras, asesinatos, corrupción y silencios impuestos. Cada capítulo es una jugada de ajedrez. Cada pista puede matarte. Y lo que está en juego no es solo la verdad, sino el alma misma de los que la buscan. Es una historia sobre cómo el poder corrompe incluso a los que creen estar fuera del juego. Y sobre cómo el silencio, a veces, es el arma más letal. LOS LEO EN COMENTARIOS!!!

Promo - SANGRE Y SILENCIO

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Prologo El peso del poder El poder es una jaula con barrotes de oro. Al principio deslumbra, embriaga, te hace sentir invencible. Susurra en tu oído promesas de inmortalidad, de grandeza. Te miente. Y cuando por fin entiendes la trampa, ya es tarde. Los cerrojos están echados. La puerta no se abre. No hay gloria en el poder. No es libertad. No es control. Es una soga que se cierra alrededor del cuello con cada movimiento. O pisas, o te pisan. O comes, o eres devorado. Los que manejan los hilos no gritan. No amenazan. No necesitan ensuciarse las manos. Te sonríen desde la pantalla. Hablan de estabilidad, de progreso. Te hacen creer que hay reglas. Y sí, las hay. Pero no para ellos. El poder es una máquina de triturar carne. Los engranajes giran, sin importar cuánta sangre los cubra. Nadie llega a la cima sin dejar un cementerio bajo sus zapatos. Patricia Sáenz creyó que era diferente. Que su apellido la protegía. Que podía desafiar a los hombres que dirigían la partida sin pagar las...

Buenos días, Valencia

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El sol se cuela sin pedir permiso por las rendijas de la persiana. No entra con violencia, sino con esa dulzura de quien conoce bien la casa. Recorre los muebles con dedos de luz, como quien acaricia un cuerpo dormido. Son las 6:45. El despertador pita una vez, luego otra. No lo apago. Dejo que suene mientras escucho el primer silbido de los pájaros. Afuera, la ciudad bosteza. Las ventanas se abren. El panadero enciende su horno. La señora del tercero ya tiende la ropa. La brisa entra, ligera, trayendo consigo el perfume de los naranjos. Un aroma que no necesita exagerar para quedarse. Valencia huele a eso en primavera: a fruta recién cortada y promesas sin estrenar. No hay ruido todavía. Solo el murmullo de las persianas subiendo, el aleteo de alguna paloma despistada, y ese silencio tibio que la ciudad regala antes de ponerse de pie. Camino descalzo por el salón, abro el ventanal y dejo que la mañana me hable. No dice mucho, pero basta. La luz acaricia mi cara. Me recuerda que sigo a...

antología - La huella del Silencio - Diversidad Literaria

el siguiente relato no esta incluido en la antología. solo es un relato escrito para promocionar la antología - LA HUELLA DEL SILENCIO -. Escrita por: Mario Sergio Martínez; Sofía España Climent; Sergio Franco Zamora; Marian Romero Gil; Asel Asensio; Facundo Sosa; Leonor Tomás Tomás; Asia García García.  ©Este relato fue totalmente creado para una promoción. Todo parecido a la realidad es pura coincidencia.  PUEDES CONSEGUIR LA ANTOLOGIA HACIENDO CLICK AQUI Participa de este CROWDFUNDING Y AYUDANOS A CUMPLIR NUESTRO OBJETIVO Y PIDE TU EJEMPLAR. La Antología Maldita...  Diversidad Literaria anunció la convocatoria como si fuese una más, de esas que se publican casi en automático y que rara vez despiertan algo más que una ceja levantada o un bostezo disfrazado de interés. Y, sin embargo,  La huella del silencio  tenía algo distinto. Nadie supo decir qué era exactamente, pero lo cierto es que los ocho autores seleccionados lo sintieron al instante, como si una part...