Sin ventanas ni puertas
Nada que hacer en un domingo que celoso margina mi voz y la convierte en insulsos caracteres que tratan de simular lo que aparentan ser pérfidos sentimientos que caminan por la casa perdidos buscando tus piernas para acobijarse y enmarañar las pieles en la amalgama de tus besos. Me siento a escribir y no escribo miro la hora y el tiempo esta muerto cierro los ojos y sonrío y pienso en un domingo siniestro en una habitación vacía sin ventanas ni puertas.