Resiliencia

Cayó el rey y se rindió la reina,
como una ciega en trance.
Dimos gritos y tumbos,
y tanta transigencia terminó en libertinaje.

La noche siempre es bohemia,
hasta que llega el invierno.

Las calles se quedan sin humo,
y en el aire solo quedan vahos.
Los bares rebalsan un sabor a estiércol,
y mi mente es un desastre.

No ordeno mis pensamientos,
y mi sombra me recuerda que cuando apague la luz,
volveré a quedarme solo.

Veintisiete ovejas saltan antes de dormir;
la última era negra
y, casualmente, llevaba tu rímel.

Así pasan mis meses,
congelados de ausencia.
Así cuento las horas,
sin temerle a mi demencia.

Caro pagué tus pechos,
por un sabor putrefacto.
El miedo me tuvo inmóvil,
y tu presencia me marchito.

Si miras hacia arriba desde el fondo,
todo parece más claro.
Si bajas al infierno, es rojo;
si subes al cielo, es blanco.
¿Y los matices?
Quizás se pierdan en un naufragio intermitente.

Trepo por las ruinas de los restos,
y en la cima encuentro un espejo.
Uno nunca termina de encontrarse,
hasta que abre los ojos y ve en la vida un reflejo.

Pudimos ser y no fuimos,
y fuimos sin poder ser.
No dejamos de vernos por no abrir los ojos,
si no por no querer ver.




"La capacidad de recuperarse del fondo de un abismo de tragedias,
esta en la capacidad por aprender a querernos,
a entender y a valor el apoyo que nos dan los que nos rodean"



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