PATO 2

¡Hola a todos y todas!

Quería agradecerles la buena recepción que ha recibido PATO.

Aquí os dejo el segundo capítulo.

Y no olviden darle a me gusta y dejar comentarios. Los leo y los contestó siempre. 

Saludos y gracias por leerme.

PD: las fotografías son tomadas de mi fototeca y no llevan una correlación con los textos, e incluso con la historia. Las he tomado mientras paseaba y escribía en el móvil parte del relato.

Capítulo 2: La familia Sáenz

El apellido Sáenz tenía un peso que pocos entendían. En los círculos de poder, mencionarlo no solo evocaba respeto, sino también una sombra de temor. Luciano Sáenz Peñaloza, el patriarca, era un hombre que había aprendido a manejar el poder como un titiritero oculto tras las cortinas. Exconcejal y exlíder de su partido político, se había convertido en una figura inamovible en su pequeño feudo, pero su influencia llegaba mucho más allá de su ciudad natal.

Luciano era un hombre frío, calculador, de esos que no necesitan levantar la voz para imponer su autoridad. Su reputación lo precedía, y aunque en público llevaba la máscara de un benefactor intachable, las malas lenguas del pueblo siempre susurraban historias sobre los “accidentes” que habían llevado a la muerte de sus dos hermanos, quienes enfermaron y fallecieron en circunstancias demasiado convenientes. Solo él había quedado en pie para llevar el apellido a lo más alto.

No era un secreto que Luciano había moldeado la vida de Patricia desde que era una niña. Sus valores, sus creencias, todo estaba diseñado para convertirla en una digna sucesora de su legado. Patricia había aprendido a ser implacable, a no confiar en nadie, ni siquiera en su propia sangre. Su vida estuvo marcada por la competencia constante, por la necesidad de demostrar que podía ser tan fuerte como su padre. Y en muchos aspectos, lo había logrado.

Sin embargo, algo en la relación entre Patricia y Luciano siempre había estado roto, una fisura invisible que, con los años, se hizo más profunda. Aunque compartían la misma sangre y las mismas ambiciones, la frialdad de Luciano era algo que ni siquiera su hija podía soportar del todo. El control que él ejercía sobre su vida y su destino siempre fue motivo de tensión. Tal vez por eso, Patricia había decidido abrirse camino en el sector inmobiliario, una esfera de poder donde su padre no tenía tanta influencia. Aunque ambos lo sabían, las decisiones de Patricia eran, en muchos sentidos, una forma de rebelión silenciosa.

Luciano, sin embargo, no era el tipo de hombre que permitía que alguien se le escapara de las manos, ni siquiera su propia hija. Y allí estaba la clave del misterio. ¿Había llegado el control de Luciano tan lejos como para acabar con la vida de Patricia? ¿O tal vez alguien más, con igual ambición, había decidido que su caída sería el movimiento más oportuno?

A medida que la policía empezaba a indagar, la prensa local no tardó en aparecer. Los titulares comenzaron a destacar: "Tragedia en la familia Sáenz: la muerte de Patricia, ¿suicidio o algo más?" Los rumores crecían como una niebla espesa sobre la ciudad, y Hernán sabía que lo peor estaba por llegar.

Mientras observaba las noticias, Hernán no podía dejar de recordar las ocasiones en las que Patricia hablaba de su familia. Lo hacía con una mezcla de admiración y resentimiento. Era obvio que su relación con Luciano era mucho más que la de una hija con su padre: era una batalla constante de poder. Y ahora, con Patricia muerta, Hernán comenzaba a preguntarse si Luciano, de alguna manera, había ganado esa guerra.

Pero entonces recordó el mensaje de Patricia: "No confíes en ellos." Esa advertencia seguía sonando en su cabeza. Sabía que lo que ocurría en esa familia era solo la punta del iceberg, que bajo la superficie había secretos mucho más oscuros, secretos que Patricia no llegó a contarle… o que tal vez nunca quiso compartir.

El peso del apellido Sáenz seguía presente, como una sombra que se extendía por toda la ciudad, envolviendo no solo la vida pública, sino también los rincones más oscuros de las relaciones familiares.