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Mostrando entradas de 2025

Siete Infiernos y una Piedra

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 La noche era una marea de sombras espesas. El viento arrastraba ceniza como si el cielo hubiera ardido hace siglos. Caminaba solo, con una piedra en la espalda y un nombre que nadie pronunciaba. El silencio pesaba más que la roca, y sin embargo, había una música de fondo: un latido profundo, casi humano, que marcaba el paso de mi condena. El camino era una espiral de siete círculos, cada uno con su propio olor. El primero olía a orgullo, el segundo a hambre, el tercero a rabia seca. En el cuarto el aire sabía a deseo que se pudre, en el quinto a traición, en el sexto a desesperanza, en el séptimo a fuego que no quema pero devora. Dante los escribió en un libro; yo los sentía en la piel. Cada vez que la piedra caía, el eco se rompía como un trueno en una caverna. Caía yo también, y la montaña se reía. Las laderas parecían multiplicarse, como si el destino jugara a estirar el tiempo. Pero había algo en el peso que me mantenía vivo. El castigo era mi respiración. La derrota, mi único...

Ventanas: El deseo es un cuchillo apoyado contra el vidrio. parte 1

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Ismael Carrasco se masturba cada noche frente a la ventana. Un animal joven, veinte años y un corazón que late como tambor en el pecho. La luz apagada, las cortinas apenas abiertas. Se cree invisible, pero no lo es. Clara lo sabe. Clara lo goza. Desde enfrente, a los veintiséis, no corre la persiana: se desnuda como quien ofrece un crimen en cuotas. Cada prenda que cae es un disparo mudo contra su inocencia. Él aprieta la mano, jadea, se ahoga en el silencio del cuarto. Y justo cuando la vergüenza lo parte en dos, ella sonríe. Una sonrisa que no redime, que incendia. Clara: puta de lujo, actriz de madrugada. Los autos la esperan abajo, hombres trajeados que la huelen como si fuese un licor caro. Vuelve de madrugada con los ojos rojos y el pelo torcido, pero la convicción intacta: volverá a Los Ángeles, aunque deba tragarse todas las noches del mundo. Promete ahorrar, promete quemarse. Lo dice con la voz seca de quien ya ha visto la derrota y aún así insiste en el regreso. Ismael escrib...

EL PUNTO CIEGO DEL CORAZON Lanzamiento 9 de septiembre 2025

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 Hay fotos que no son fotos, son refugios. Dos rostros pegados, inclinados hacia la claridad, donde la luz se filtra entre las hojas y convierte lo cotidiano en un pacto secreto. Aquí la compañía no necesita palabras: se dibuja en la risa amplia, en el gesto tranquilo, en la piel que se deja habitar por otra piel. El mundo afuera sigue su ruido, pero en este encuadre se detiene, como si la naturaleza supiera que a veces dos personas bastan para sostener el universo. La compañía emocional no se mide en grandes gestos: es un hombro que siempre está ahí, una mirada que reconoce incluso lo que duele, una sonrisa que se enciende en mitad del cansancio. Lo que se observa en la imagen es más que un instante: es la prueba de que aún en medio del caos, cuando la vida se vuelve áspera, existe un lugar mínimo y sagrado donde dos seres pueden descansar en la certeza del otro. ✨ Aprovecho para contarles una gran noticia: ¡Mañana sale a la venta en Amazon  EL PUNTO CIEGO DEL CORAZÓN ! 🎉 Un...

Ni vos sos un milagro, ni yo una causa perdida. Pero acá estamos. (Parte II)

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No sos perfecta, ni yo, ni este poema. pero hay noches en las que te miro mientras buscás las llaves, o abrís una cerveza, y todo el mundo se vuelve tolerable. me salvaste sin darte cuenta. con tus gritos, tus risas, tus maneras de mandarme a la mierda cuando me pongo insoportable. me enseñaste que el amor no es decirlo bonito, sino quedarse cuando el otro se pudre un poco y huele raro por dentro. hay días en los que no me banco ni a mí, pero vos me bancás. y eso, en este mundo lleno de gente que huye, es un superpoder. me gusta cómo caminás, como si el suelo no te mereciera. me gusta cómo me mirás cuando sabés que la cagué y aun así me cocinás algo rico porque sabés que no todo se arregla hablando. Tania, este amor nuestro tiene cicatrices, tiene cuentas sin pagar y discusiones tontas. pero también tiene un colchón viejo donde dormimos abrazados como dos idiotas felices que, contra todo pronóstico, se siguen eligiendo. y eso, joder, eso es poesía.

Ni vos sos un milagro, ni yo una causa perdida. Pero acá estamos. (parte 1)

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No sé cómo empezar esto sin traicionarme. Tania es la única persona que ha visto mis vísceras de cerca y no salió corriendo. La única que ha olido mi derrota, la ha probado, la ha escupido y aún así se quedó a la mesa. No es una santa, ni una mártir, ni una flor. Es una tormenta que aprendí a amar después de odiarla con todas mis fuerzas. Sí, alguna vez la odié. Como uno odia lo que le muestra el espejo cuando no está listo para mirarse. Pero después entendí. Y hoy la amo. Con locura y sin locura. Con toda la torpeza de un hombre que alguna vez creyó que el amor era una trampa para idiotas, y ahora escribe esto. Tania no es perfecta. Pero es exactamente lo que cualquiera que necesita compañía de verdad, de esa que no se compra ni se vende, debería tener. No me acompaña, me sostiene. No me entiende, me soporta. No me cura, pero me hace más llevadero el dolor. Y con eso, joder, alcanza. Esto es para ella. Porque los poemas también se escriben con cicatrices. #amor #poemas #letras #lit...

Palomas en Madrid

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Aquella noche en Madrid no estalló por fuegos artificiales ni por sirenas. Estalló en silencio. Como estallan las cosas que se rompen por dentro, sin hacer ruido. Caminábamos sin rumbo, como si la ciudad nos perteneciera por unas horas. El aire tenía ese filo que corta la piel sin permiso, y sin embargo ahí estaba yo, devorando tus besos al pie de un cajero automático, como quien se aferra al único calor disponible en mitad del invierno. Éramos una suma imposible de contradicciones. Lo innato y lo frívolo. Lo eterno y lo fugaz. Tus pecados y mis manos, buscando redención en cuerpos que ya no sabían cómo sostenerse. A veces pienso que solo fuimos eso: una serie de heridas encontrándose, una danza breve entre tu karma y mis labios. Tú eras la esquirla y yo el intento torpe de no cortarme. El olvido era un cáncer creciendo en medio de nosotros, y aun así seguíamos inventando excusas para no soltar. Las palomas volaron aquella noche. No sé si alguien más las vio. Tal vez fue solo una image...

Promo 2 - SANGRE Y SILENCIO -

Imaginad esto :  una mujer aparece muerta en su lujoso apartamento. A simple vista, todo parece un suicidio. Pero su último mensaje de texto dice:  “Herni, no confíes en nadie” . Y entonces, empieza el verdadero infierno. Mi novela es un  thriller político y psicológico  donde el poder no se grita: se susurra. Donde los enemigos no tienen rostro, y los aliados pueden ser más peligrosos que los villanos. El protagonista, Hernán, que era su amante secreto desde la infancia, se ve arrastrado a una red de mentiras, asesinatos, corrupción y silencios impuestos. Cada capítulo es una jugada de ajedrez. Cada pista puede matarte. Y lo que está en juego no es solo la verdad, sino el alma misma de los que la buscan. Es una historia sobre cómo el poder corrompe incluso a los que creen estar fuera del juego. Y sobre cómo el silencio, a veces, es el arma más letal. LOS LEO EN COMENTARIOS!!!

Promo - SANGRE Y SILENCIO

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Prologo El peso del poder El poder es una jaula con barrotes de oro. Al principio deslumbra, embriaga, te hace sentir invencible. Susurra en tu oído promesas de inmortalidad, de grandeza. Te miente. Y cuando por fin entiendes la trampa, ya es tarde. Los cerrojos están echados. La puerta no se abre. No hay gloria en el poder. No es libertad. No es control. Es una soga que se cierra alrededor del cuello con cada movimiento. O pisas, o te pisan. O comes, o eres devorado. Los que manejan los hilos no gritan. No amenazan. No necesitan ensuciarse las manos. Te sonríen desde la pantalla. Hablan de estabilidad, de progreso. Te hacen creer que hay reglas. Y sí, las hay. Pero no para ellos. El poder es una máquina de triturar carne. Los engranajes giran, sin importar cuánta sangre los cubra. Nadie llega a la cima sin dejar un cementerio bajo sus zapatos. Patricia Sáenz creyó que era diferente. Que su apellido la protegía. Que podía desafiar a los hombres que dirigían la partida sin pagar las...

Buenos días, Valencia

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El sol se cuela sin pedir permiso por las rendijas de la persiana. No entra con violencia, sino con esa dulzura de quien conoce bien la casa. Recorre los muebles con dedos de luz, como quien acaricia un cuerpo dormido. Son las 6:45. El despertador pita una vez, luego otra. No lo apago. Dejo que suene mientras escucho el primer silbido de los pájaros. Afuera, la ciudad bosteza. Las ventanas se abren. El panadero enciende su horno. La señora del tercero ya tiende la ropa. La brisa entra, ligera, trayendo consigo el perfume de los naranjos. Un aroma que no necesita exagerar para quedarse. Valencia huele a eso en primavera: a fruta recién cortada y promesas sin estrenar. No hay ruido todavía. Solo el murmullo de las persianas subiendo, el aleteo de alguna paloma despistada, y ese silencio tibio que la ciudad regala antes de ponerse de pie. Camino descalzo por el salón, abro el ventanal y dejo que la mañana me hable. No dice mucho, pero basta. La luz acaricia mi cara. Me recuerda que sigo a...

antología - La huella del Silencio - Diversidad Literaria

el siguiente relato no esta incluido en la antología. solo es un relato escrito para promocionar la antología - LA HUELLA DEL SILENCIO -. Escrita por: Mario Sergio Martínez; Sofía España Climent; Sergio Franco Zamora; Marian Romero Gil; Asel Asensio; Facundo Sosa; Leonor Tomás Tomás; Asia García García.  ©Este relato fue totalmente creado para una promoción. Todo parecido a la realidad es pura coincidencia.  PUEDES CONSEGUIR LA ANTOLOGIA HACIENDO CLICK AQUI Participa de este CROWDFUNDING Y AYUDANOS A CUMPLIR NUESTRO OBJETIVO Y PIDE TU EJEMPLAR. La Antología Maldita...  Diversidad Literaria anunció la convocatoria como si fuese una más, de esas que se publican casi en automático y que rara vez despiertan algo más que una ceja levantada o un bostezo disfrazado de interés. Y, sin embargo,  La huella del silencio  tenía algo distinto. Nadie supo decir qué era exactamente, pero lo cierto es que los ocho autores seleccionados lo sintieron al instante, como si una part...

Diversidad Literaria - Antologia

 Hola amigxs! Me paso a contaros que tengo el placer de participar en un proyecto de la EDITORIAL "DIVERSIDAD LITERARIA" junto a otros 7 autores. El libro se llamara - LA HUELLA DEL SILENCIO - AQUI LES DEJO EL ENLACE DE COMPRA. https://www.diversidadliteraria.com/la-huella-del-silencio como siempre, gracias por el apoyo.

Un libro que susurra cuando el mundo grita

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Hay libros que uno escribe para contar una historia, y hay otros que nacen porque el silencio necesita un lugar donde quedarse. Los Cuentos Zen del Libro Rojo de los Buenos Pensamientos  pertenece a esa segunda categoría. No fue un proyecto planificado: fue un susurro persistente que pedía ser escuchado. Durante años conviví con la velocidad de la vida moderna, con la necesidad de producir, de estar siempre “haciendo algo”, de responder a todo menos a mí mismo. Y en ese ruido, empecé a escribir historias que hablaban de lo contrario: del arte de detenerse, del valor de la lentitud, de la sabiduría de lo simple. Este libro es un jardín de cuentos. Cada relato es una pequeña lámpara encendida en mitad de la noche, una piedra arrojada al lago de la conciencia, una flor que crece entre las grietas del asfalto. No busca imponer enseñanzas, sino invitar a la reflexión. No pretende aleccionar, sino acompañar. Lo escribí pensando en los niños que fui y que somos. En los adultos que todavía...

El Capitan

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El Capitán no tenía parche en el ojo ni pata de palo, tampoco un ave al hombro ni un botín escondido en alguna isla remota. No era ese tipo de capitán. Navegaba mares distintos, en los que el viento traía versos perdidos y las olas teñían las sonrisas de verde jardín. Miró una foto que el tiempo había dejado entre las páginas de un libro. No sabía cuándo la había guardado, pero ahí estaba, atrapando un instante que aún latía dentro de su pecho. Recordó aquella puesta de sol en Madrid, el reflejo dorado tiñendo las calles, y tus labios envenenando los suyos con la calma de un beso que sabía a despedida. El sol se apagaba lento, escondiéndose bajo la falda de la noche, mientras la luna, orgullosa y altiva, se alzaba con su ejército de estrellas. Recordó cómo pelearon juntos contra las nubes que amenazaban con arruinar la historia que aún no querían dejar de escribir. Pero las batallas no son eternas y, cuando menos lo esperaba, el destello de tus ojos se perdió entre sombras. Y al des...

¡ Quizás nos confundimos al pensar que lo prohibido era la Fruta!

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Quizás nos equivocamos al creer que lo prohibido fue solo una fruta en la mano de Adán. Tal vez el verdadero pecado fue el amor, y por eso nos condenaron, no al sufrimiento, sino a la insoportable felicidad de sentir demasiado. Quizás no tengo las palabras exactas, ni una forma precisa de explicarlo, porque hay cosas que no caben en un puñado de frases. Quizás el mañana nos traiga un día mejor, uno donde no tengamos que dudar de lo que sentimos, donde podamos querer sin límites, sin miedo, sin prohibiciones. Quizás los cuentos de hadas no eran tan mentira después de todo. Quizás este castillo, este final, esta historia, siempre fue real. Quizás lo único que hicimos fue atrevernos a creer en ella.

Difícil dejar el Nido

Lloré lo que nunca había llorado, dudé como nunca había dudado. No es fácil dejar atrás a los amigos, la familia, todo lo que conoces. Es tu lugar, joder. Pero hay momentos en los que te das cuenta de que ya no encajas, de que algo dentro de ti se oxida. Y cuando eso pasa, cuando el aire se vuelve tan denso que apenas puedes respirar, lo único que queda es irse. A veces, las cicatrices del pasado pican demasiado fuerte, no te dejan sentir las malditas mariposas en el estómago. Así que hay que buscarlas en otro lado. Hay que moverse, hay que largarse antes de que el cuerpo se acostumbre a vivir sin sentir.

Aquí

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Tomé una última copa y me arranqué la corbata como quien se quita un nudo de la garganta. Libre, o algo que se le parece. No había pasado nada, pero la importancia me corría por dentro como si el mundo me debiera una reverencia. La cabeza explotaba en pequeñas prosas, palabras que cazaba al vuelo como hojas secas en un otoño sin reloj. Salí a pedalear sin rumbo, porque al final todos los caminos llevan a Roma —eso dicen— y por un momento quise creerles, solo para quedarme tranquilo. El sol atravesaba las copas de los árboles, filtrándose en destellos que parecían buscarme a propósito. Su calor se pegaba a la piel como un recordatorio sencillo: no hace falta ir a ningún lado. No cuando lo que busco —lo que importa— ya estaba aquí, esperándome sin mapas ni despedidas.

Corazón

El cenicero está lleno otra vez. Un cuentagotas de cigarrillos consumidos por las horas de la noche, por las conversaciones que nunca llegan a nada, por el humo que se pierde en el aire como todo lo que hemos dicho. Tic-tac, los minutos pasan, tic-tac, mi pulso se acelera. La música sigue girando de fondo, pero no sé si es el disco o mi cabeza dando vueltas. Te miro moverte de un lado a otro. Encendés otro cigarro y yo sigo sin entender por qué tanta impaciencia, tanta necesidad de ocultarte detrás del humo. ¿Qué es lo que intentás decir sin decirlo? Si querés dejarlo, decilo. Así, sin más. No te escondas entre el smog de cada calada. Yo también estoy perdido, pero al menos me quedo quieto. Me siento a pensar, prendo otro cigarro, te miro. No pienses que deliro solo porque hablo y vos no querés escuchar. Ese es el problema, ¿no? No escuchás, no entendés, o simplemente no te da la gana reaccionar. Lo único que te interesa es ser vos, y lo demás te da igual. Nunca te preguntaste cómo es ...

Noche en tu cuerpo, Luna en el mio

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Como un jinete sin destino, cabalgaré hasta el final de tu ira, avanzando al ritmo irregular de un reloj roto, marcando el tiempo a su antojo, sin lógica, sin equilibrio. Tus ojos se abrirán de golpe, paralelos a un eclipse, encontrándose con mi cuerpo como si en él ardiera la última verdad. Serás un arcángel insurrecto, iluminando mi condena con la furia de quien no teme arder. Serás el coral de mi arrecife, la calma antes de la tormenta, esperando la batalla que se librará entre vientos y mareas, entre cuerpos y sudor. Tu cabello, una brisa esbelta, rozará mi pecho como un presagio, y tu piel, un capullo de seda, se erizará en mis manos con la precisión de un secreto revelado. Tu néctar se convertirá en oasis, un espejismo que nos ahogará en su promesa. Y cuando la lujuria estalle, pintará invenciones de colores sobre nuestra piel. De tus brazos brotará un último aliento, un apretón firme en mi cuello, suplicando que no me rinda. Y si es necesario, moriremos de pie, con los dedos ent...

PASOS

El tiempo dejó de tener sentido, se enredó en mis pensamientos como un calendario roto. No sé si hoy fue ayer o si mañana ya pasó, si estoy avivando el fuego o ahogándolo en el mar. No sé si quedarme contigo en la sala y fingir que todo está bien o arrastrarte a la cama y dejar que la duda se queme en la piel. No sé si estornudar o decir "hachís" para disimular que todo esto me está volviendo loco. No sé a qué saben tus besos, si al tabaco de siempre o a algo que nunca termino de entender. No sé si tus manos van a liarse con las mías o si simplemente voy a despertar y descubrir que todo esto fue un mal sueño.

Sueños, fantasía o realidad...

El sueño se mezclaba con la memoria, difuso, intangible. No sabía si seguía dormido o si había despertado, si respiraba o si ya me había ido al otro lado. Pero tus besos seguían ahí, pegados a mi piel como un eco persistente. Me dejaste mil y yo te devolví otros mil, como si en ese intercambio se nos fuera la vida, como si en ese ir y venir quedara atrapado el último rastro de lo que fuimos.

Cantar

Nunca tuve oído para la música, nunca supe afinar una sola nota. Pero aprendí a aullar, a lanzar mi voz rota contra la noche, como un lobo hambriento que le ladra a la luna, sabiendo que nunca la tendrá entre los dientes. Y aun así, aúlla. Porque es lo único que le queda.

Navegar

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No sé si tuvo algo que ver la seguidilla de malas rachas que me partieron el lomo antes de acabar aquí. No sé si fueron las manos que estreché, las mismas que se evaporaron cuando más las necesitaba. Manos que prometían sostener, pero al final solo servían para contar billetes o señalar culpables. Quizás el tiempo hizo lo suyo, girando como un maldito reloj sin cuerda, empeñado en moverse aunque ya no quede nada que medir. Días y noches triturados en silencio, frutos cayendo del árbol antes de madurar. Los veía pudrirse en el suelo mientras yo me quedaba inmóvil, con la boca llena de preguntas que nadie pensaba contestar. Así que salí a navegar. No por valentía, ni por ansias de aventura. Salí porque quedarse quieto es hundirse. Porque un hombre quieto termina oliendo a óxido, y yo no quería que me encontraran así. Empaqué poco: un par de huesos, un corazón agrietado y el recuerdo de unas voces que ya no vuelven. El mar no era promesa. Era una condena abierta. Cada ola te insulta, cada...

Yupilandia

Bienvenidos a  Yupilandia , parque temático del cinismo y de la mentira elegante. La realidad aquí es un chiste malo contado por idiotas que aplauden su propio vacío. Todo está al revés y nadie lo nota, porque todos andan demasiado ocupados fingiendo que entienden cómo funciona este circo. Los niños duermen en las calles de Marsella, Madrid, Buenos Aires o Nueva York, pero eso no entra en las postales ni en las campañas políticas. Los dueños del mundo viajan en autos que valen más que una vida entera, posan en carteles con sonrisas de quirófano y no recuerdan lo que es tener hambre. En Yupilandia, los inmigrantes “roban trabajos”, pero nuestros hijos se largan a otros países “en busca de oportunidades”. Cuando somos nosotros los que emigramos es mérito; cuando lo hacen ellos, es invasión. Los maestros exigen respeto pero odian enseñar. Los alumnos van a calentar sillas, porque pensar cuesta y obedecer paga. Si alguien se sale del libreto, lo llaman problema. Si sabe demasiado, es a...

DIAS D

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Apagué la radio; el cigarro terminó de consumirse en el cenicero y me quedé ahí, mirando la pared como un imbécil. Saqué los días D de la cabeza porque cada maldito recuerdo tuyo me deja en pausa, atrapado en un limbo de mierda donde nada avanza y todo pesa. Me quedo solo, la mente en blanco, el vacío mirándome de vuelta como si se burlara de mí. Y cuando te pienso en jornadas como esta, con el pecho hecho un desastre y ardiendo con cada trago barato que intento usar para sacarte de las entrañas, vuelven las imágenes: tú en el aeropuerto, los ojos vidriosos, la voz clavada en la garganta, el alma hecha pedazos mientras el mundo seguía girando como si nada. Como si no nos estuviéramos quebrando justo en el maldito centro del universo. Aturdida. Atónita. Jodidamente irremplazable. Y yo, demasiado consciente de que ya no hay vuelos de regreso.

Ellos

Se acerca con la intención de un beso fugaz, un roce leve, una despedida sin estridencias. Pero la tentación es más fuerte. Sus labios se encuentran y, antes de que pueda evitarlo, el impulso se convierte en hambre. Muerde su boca, y la respuesta llega de inmediato. Un mordisco de vuelta, una rendición mutua al deseo que se enreda entre sus cuerpos. Sus manos rodean su rostro, los dedos presionan con la urgencia de quien teme perder algo irremplazable. Y en ese instante, la certeza lo golpea con la intensidad de un vértigo desconocido. Está enfermo, está roto, está atrapado en la necesidad de tenerla cerca. No es solo deseo. Es algo más profundo, más oscuro, más imposible de controlar. Ella sonríe, pero no retrocede. No se aparta, no le pone fin a la locura. La comparte. Sus labios siguen encajados con los suyos, sus manos firmes en su rostro, como si soltarlo fuera la única amenaza real. No busca nada. No necesita nada. Y, sin embargo, lo tiene todo. Él tampoco buscaba nada. Y, sin em...

Tristes, tristes vidas en casa, pobres almas en la calle.

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El camino se extendía ante él, interminable, una línea difusa entre la realidad y el deseo. La luna brillaba en la distancia, inalcanzable, tentadora, un faro suspendido en la inmensidad de la noche. Cada paso lo acercaba, o eso quería creer. Pero el horizonte nunca cedía, nunca permitía que sus dedos rozaran aquello que había soñado tantas veces. El tiempo se volvía espeso, arrastrándolo en un vaivén de incertidumbre. ¿Era posible que algunos caminos no tuvieran final? ¿Que la promesa de alcanzar la meta no fuera más que una ilusión, un espejismo dibujado en la negrura del cielo? El pueblo quedaba atrás, sus sombras largas se difuminaban en la penumbra. Las calles que antes parecían estrechas y opresivas ahora eran solo un recuerdo. Los besos que había dejado en algunas mejillas se evaporaban como polvo en el viento, fugaces, pasajeros. Aquí, las palabras corrían más rápido que los cuerpos, los rumores viajaban antes que las verdades, y las lenguas se enredaban en cuentos que nadie pi...

Instrucciones para Volar

En ocasiones, el universo puede ser un poco ciego y tal vez sordo a nuestras palabras o a nuestro llanto. El mundo y el espacio que nos rodea pueden dejar de existir, como el tiempo de los peces que terminan en peceras. El espacio libre y amplio en tu tiempo y en tu esencia es necesario para complementar esa armonía vital entre el cuerpo y la mente, para poder mantener viva el alma. Cerramos los ojos y respiramos hondo y suavemente por la nariz, dejamos que el aire nos llene, que la existencia se expanda en nuestro interior como un océano sin bordes. El latido del corazón resuena en el pecho, un recordatorio de que aún somos, de que aún estamos. Y aunque el universo guarde silencio, aunque parezca no escuchar, seguimos respirando, seguimos sintiendo, porque en cada inhalación existe la posibilidad de que el destino nos escuche en su propio idioma.

EL INFIERNO DIVINO

 El clímax llegó con el crujir de sus huesos, con el eco de un sol desplomándose en el vacío. No hubo gloria, solo el peso de la condena sobre la piel, el frío del mármol que alguna vez creyó cálido. La carne se convirtió en ceniza antes de que pudiera saborearla por completo, antes de que sus manos terminaran de aferrarse a un cuerpo que nunca fue suyo. Los labios fueron tormenta, una fiebre devoradora que lo arrastró hasta un infierno donde el placer y la pena eran la misma cosa. No hubo redención en su aliento, solo un castigo disfrazado de deseo. Se hundió en él como quien naufraga en un océano inexistente, atrapando con los dedos el vacío, esperando encontrar algo que nunca estuvo allí. No quería idolatrarla, pero su piel llevaba la huella de los dioses olvidados. Estaba hecha de mármol y silencio, de nombres que resonaban en la memoria de un mundo que ya no existía. Y él, condenado a perseguir mitos, creyó que podría atraparla antes de que la luz de las estrellas se apagara. ...

EL ARTE DE APRENDER

Buscamos eternamente, de cierta manera, la forma de estar en lo correcto o de cierto modo, aunque para algunos más y otros menos. El interés por saber. Cuando realmente no nos interesamos por lo más básico, que es querer aprender a aprender. De la misma forma en que no nos preocupa eso, tampoco nos preocupa la manera en que lo transmitimos, y automáticamente desvalorizamos el conocimiento adquirido. Tenemos que ser conscientes de la forma en que compartimos nuestros valores con nuestras familias, amigos y allegados, pero, sobre todo, con los más pequeños, sea cual sea el ámbito y la relación que tengamos con ellos. Dar ejemplo no es solo un acto, sino una responsabilidad. La percepción que los niños formen sobre la sociedad dependerá, en gran parte, de los cimientos que les brindemos. No basta con decir lo correcto; hay que vivirlo, encarnarlo, convertirlo en acciones diarias. Las palabras inspiran, pero los actos forjan. Y en esa forja, en ese molde invisible que vamos dejando en los ...